Viernes, 02 Noviembre 2018 23:14

Ducoté: "Mi deseo de ser reelecto no es ingenuo ni se choca con la realidad"

El mandatario expuso que está atravesando los meses más difíciles desde que asumió, pero confió en que la gente va a valorar el año que viene la gestión. "Siempre pensé esto como un proceso de 8 años", expresó.

Admite que está atravesando los meses más difíciles desde que asumió. Y que tras una mejora en 2017, luego de un 2016 para el olvido, se encontraron con una realidad que no esperaban, con una inflación desenfrenada, una mega devaluación que obligó a replantear desde planes de obra hasta achicar el equipo. Sin embargo, el intendente Nicolás Ducoté confía que en 2019, ese año en donde buscará revalidar el batacazo que dio en 2015, lo encuentre con chances "serias" de volver a ganar la elección.

En una entrevista que le concedió a Pilar de Todos, Ducoté habló de su gobierno, de lo que percibe en los vecinos, el impacto de los tarifazos, la situación social, sus contrincantes, e incluso del Presidente Mauricio Macri y la Senadora Cristina Fernández de Kirchner. 

-Hace unos meses, luego de la primera corrida cambiaria, te pregunté si estaban atravesando el peor momento en la gestión, y me dijiste que no. Que lo más complejo había sido asumir sin plata para los sueldos ¿Y ahora?-, preguntó Pilar de Todos.
-Sí, ahora sí es el más difícil. Por el contraste entre las expectativas razonables y la realidad. El primer año fue difícil, porque había expectativas irrazonables, tanto mías como de los vecinos. Donde creíamos que íbamos a hacer un montón de cosas, y lo mismo nos pedían los vecinos. Pero nos encontramos con cosas que no pudimos ejecutar, pero no fue culpa ni mía ni de mi espacio. Todos nos generamos un entusiasmo que en 2016 podía ser mejor que el 2015, pero no necesariamente lo fue-, respondió Ducoté.

-Pusieron la vara muy alta...
-Sí, yo la puse muy alta. Y asumí muchos compromisos de gobierno, pero nos encontramos con muchas trabas. En 2017, en cambio, pudimos ejecutar muchas cosas, fue un buen año, y se reflejó en las elecciones. Ahora en 2018 fijé una serie de objetivos bien planteados, hice los cambios de equipo que tenía que hacer, preparé el Estado para la demanda de los vecinos, y aún así está siendo difícil por lo imprevisto de algo que mucha gente puede pensar que es responsable mi propio equipo.

-¿Me estás diciendo que en los primeros años, por ingenuidad o ansiedad, aspiraban a mucho más, pero no conocían el manejo del tablero de la Municipalidad. Sin embargo, ahora, ya lo conocen, y de todos modos sigue costando?
-Sí, pero porque no vimos venir este desafío económico tan complicado, y no nos imaginábamos que eso iba a impactar en Pilar tan concretamente. Veníamos con un 2017 que había mejorado, con mucha obra, generación de empleo, radicación de empresas, pero el 2018 nos agarró en off side. Tuvimos obras que no pudimos seguir como queríamos, porque había precios que se movían de un mes a otro, o fondos que nos alcanzaban para una cosa y luego no. Esa incertidumbre es la que no tenía metida en la ecuación. Ahora el Estado es más ágil, y no creo que tengamos problemas, por ejemplo, con el pago de sueldos. Es un año difícil, pero el equipo tuvo mucha capacidad de adaptación, y los ajustes y cambios en el organigrama empecé a hacerlos en junio. Y mi presupuesto del año que viene es mucho más prudente. Y lo mismo el plan de obras, donde quise dejar expresado que el 2019 quizá se parezca al 2018.

-Pero por la recesión, algunos creen que el año que viene puede ser peor a este.
-Puede ser peor, sí, pero estoy preparado. Puse gatillos cada trimestre en lo que es el trabajo y el presupuesto, para ir monitoreando. Tenemos licitaciones que podemos lanzarlas, con una clausula de redeterminación de precios, algo que antes no teníamos y nos frenaba. Ya tengo el fondeo de la obra proyectada. Y otra ventaja que tiene el fin del primer ciclo, es que no nos embarcamos en cosas que no podemos cumplir. Quise hacer planes de vivienda, le puse mucha energía a eso, pero ya sabemos que en 2019 no las vamos a poder hacer. Estamos mirando el reloj y contando la plata mucho más seguido. Incluso hay chequeos en ciertas áreas cada 30 días. Por ejemplo si hay una obra que no voy a poder hacer, prefiero no empezar con los movimientos de suelo, porque dejo la calle peor. Empezaremos lo que sabemos que vamos a terminar. Así que tendríamos que tener un buen año en obra pública, y afrontar lo que es salud, seguridad y asistencia a sectores vulnerables.

-Todo esto tiene que ver con un factor fundamental, que es la inflación. Todos los años, lo previsto por el gobierno nacional quedó muy lejos del real. ¿Es esa una de las principales fallas o fracasos del gobierno?
-El mayor fracaso, a nivel nacional, provincial y municipal, es no ponernos de acuerdo en algunas cosas a largo plazo. Dónde ajustar, si vivimos con los nuestro o no. Si tomamos deuda o no, si vamos al FMI o no, si privatizamos o no. Tenemos un comportamiento pendular que no es común, y la inflación es una consecuencia de mala administración, falta de expectativas o preferencias de ahorrar en dólares.

-Pero en ese péndulo también aparece Cambiemos, con Macri yendo al FMI y tomando deuda...
-Sí, tomamos una decisión de volver a los mercados. El gobierno anterior había salido y casi no entraba en mecanismos de toma de deuda. Nosotros apostamos como gobierno nacional, y también me pasó en lo local, a que algunas cosas que queremos hacer a 15 o 20 años, no esperemos tanto tiempo para juntar el dinero. Por eso se decidió tomar un crédito para asfaltos y veredas, algo que va a cambiar la realidad social, económica y de seguridad. Hemos fracasado como equipo en no poder tener los resultados económicos que deseábamos.

-En 2017 decías que el electorado no iba a evaluar tanto la gestión de esos dos primeros años tuyos, sino a quien creía que tenía más capacidad de resolverle los problemas de muchas décadas. ¿En 2019 crees que ahora sí te van a evaluar a vos como intendente?
-Sí. Uno no puede seguir justificándose en el pasado, sé que no voy a haber movido la aguja de manera significativa en calles asfaltadas o agua, pero sí habré sentado las bases para que ese cambio sea sustentable, como con la llegada de AySA. Tienen un plan que vienen cumpliendo, con un diagnóstico completado, 46 pozos, mejoras en la potabilización que están licitando. Vienen trabajando muy bien y por suerte están financiados en dólares. Es cierto que en los primeros 4 años no vamos a lograr muchas más conexiones de agua, pero la gente va a mirar su experiencia de 2017, 2018 y lo que hagamos en 2019. Nos van a juzgar en nuestros méritos, fallas y carencias, y confío en que muchas cosas transformadoras que hemos hecho van a lograr suficiente acompañamiento para que podamos seguir. Mi deseo de seguir en este proyecto, de ir por la reelección, no es ingenuo ni se choca con la realidad. Alcanza con ver cómo hemos implementado el SAME, asfaltado más calles, que tan rápido uno ahora se puede hacer un documento, cómo generamos más vacantes en las escuelas, con la maternidad que ya estará terminada. Y creo que todo eso nos va a dar chances para estar sentados en la mesa de candidatos serios para ganar.

-¿Qué porcentaje de posibilidades crees que tenés de ser reelecto?
-Mi hija me preguntaba el otro día qué nota tengo como intendente. Y yo le explicaba que un intendente que saca un 4 o un 5, algo que quizá en una escuela es mala nota, no es malo. Tener arriba del 40% de votos es mucho. Así que en la primera elección general y primera intermedia siempre estuvimos arriba de eso. Hasta ahora creo que tenemos buenas chances de competir, pero sé que no tenemos los números de Vicente López o San Isidro, donde el electorado vota en contra del peronismo con números que van entre el 50% y el 60% para el ganador. Si la ganamos, será con un número que rondará el 40%, un poco para arriba o un poco para abajo. Y dependerá también de lo que esté del otro lado. Siento además todo el respaldo del Presidente, de la gobernadora María Eugenia Vidal, del jefe de gobierno de la Ciudad (Horacio Rodríguez Larreta), de mucho de mis referentes que habitualmente pasan por Pilar, que al principio no estaban tan satisfechos con nuestra gestión. Sucede que muchos conocen la parte de Pilar que se ve, y podrían pensar que somos barrios cerrados, empresas y el Parque Industrial. Pero la realidad es que somos el distrito del conurbano con más calles de tierra, me lo decía Guillermo Dietrich (Ministro de Transporte) una vez que vino a Pilar,  o de los que menos cobertura de agua y cloacas tiene. No estoy en la misma liga que otros intendentes de mi espacio de la región. Mis problemas son cómo hago para extender agua y cloacas, mientras que los de algunos de mis colegas son de qué color ponen los muebles de una plaza.

-¿Y cómo ves a tus rivales en la oferta electoral del año que viene?
-Están muy desorganizados. Porque en una elección presidencial o de gobernador, se ordena mucho más de arriba para abajo que al revés. Si nos permitiesen separar las elecciones, o hubiera otra dinámica, el escenario sería distinto. Pero en mi caso yo ya sé quién va a ser mi candidato a Presidente, a gobernadora y qué voy a hacer yo. Pero del otro lado no se sabe si Cristina (Fernández de Kirchner) va a ser candidata , nadie discute que no sea buena postulante, tiene mucha adhesión, pero no se sabe si va competir, o si tendrá problemas judiciales. Nosotros tenemos un ordenamiento que la oposición no tiene.

-¿En lo local a quién ves con más fuerza para competirte?
-Hay claramente voces más preponderantes, como Federico Achával, que está haciendo un esfuerzo importante. También lo está haciendo José Molina. Y creo que hay protagonistas de menor proyección actual, como Iván Giordano, Walter Roldán, o la expresión del Frente Renovador. Si hoy sacáramos una foto, creo que hay un 30% o 32 % de gente que nos acompaña a nosotros, un 28% o 30% que apoya a Unidad Ciudadana, y el resto, el 40%, que quiere otra cosa. Y ese es un mercado electoral apetecible, y por eso aparecen figuras como Miguel Pichetto, Felipe Solá o Sergio Massa, porque pueden ser el mejor candidato que traiga votos de ese sector. Pero en Pilar no sabemos quién es el referente de Massa, Pichetto o Solá. En mis adversarios hay mucha incertidumbre, y poco tiempo. Pero no descartaría que aparezca alguna expresión de ese peronismo alternativo, todavía queda un tiempo para que se ordene la oposición; puede haber sorpresas.

-¿Esperabas más de Macri en estos 3 años de gestión?
-No en algunos rubros, y sí en otros, pero que dependen más de un equipo. Ha satisfecho mis expectativas lo institucional, la Justicia, el funcionamiento del INDEC, compromisos internacionales que se asumen y se cumplen, que el federalismo realmente se vea reflejado en los presupuestos, como la devolución de fondos a las provincias. En eso, excedió mis expectativas. También en términos políticos; pensé que íbamos a tener más problemas en ese aspecto, ya que asumimos con minoría, y sin embargo logramos hacer reformas y ganar el proceso electoral del año pasado. Sí en lo económico pensé que íbamos a tener mejores resultados, aposté y confié en eso. Y sí esperaba más, ya no del Presidente, sino de nuestro espacio, en resolver problemas de larga data en la Argentina, como algunos aspectos impositivos, como las retenciones o el impuesto a las ganancias. Quizá tuvimos demasiadas expectativas cuando hicimos la campaña.

-¿Y en lo que respecta a tu mandato?
-En lo personal tuve altibajos. Siempre pensé esto como un proceso deseado de 8 años, y así se lo transmití a mi equipo. Llegamos (a la intendencia) de una manera imprevista, seis meses antes de la elección pocos creían que podíamos lograrlo. Arrancamos con un optimismo muy grande, pero el primer año fue tan duro y tan difícil, en donde no podíamos satisfacer cosas básicas como bacheo o limpieza, algo que sí se hacía antes en base a deuda, que me dije que si los próximos 3 años eran iguales a ese, donde hubo mucho sacrificio y pocos resultados, veía un horizonte más limitado. Pero cuando logramos ordenar la Municipalidad, el 2017 ya tuvo más satisfacciones, donde firmábamos convenios y se concretaban, planificábamos una calle, y la concretábamos. Se empezaban a materializar muchas cosas que la sociedad nos demandaba. Y entonces sí supe que si seguíamos en ese camino, el proceso puede entonces ser más largo, siempre escuchando al vecino y estando en la calle.


- ¿Por eso están incrementando la presencia en el territorio?
- Sí, todas las semanas recorro como mínimo 3 o 4 barrios, donde estoy dos horas, y me reúno en la casa de los vecinos, y lo mismo le transmití a mi equipo. Ese vínculo me permite programar proyectos que no vamos a resolver en un año, pero sí a largo plazo, y por eso tengo ganas de seguir con este proyecto.

-En ese contacto con los vecinos, ¿qué sentís?
-Siento que hay expectativas razonables, algo que no había antes, y se da un diálogo franco, donde les digo a los vecinos qué se puede hacer, en qué tiempo, y qué aún no. Veo una ciudadanía y un gobierno más maduro en relación a lo que demanda y lo que se puede concretar. Por ejemplo, les digo que no puedo poner plata en el hospital central, porque tengo que terminar antes la maternidad, las Unidades de Diagnóstico Intermedio o mejorar los centros de salud. Además, en ese contacto, recibo un pronóstico más brutal y sincero que no te dicen las encuestas ni muchas veces los medios.

-¿Cómo cuáles?
-He recibido quejas en contra de nuestras políticas públicas nacionales, la preocupación por las tarifas. En un momento llegó a aplastar cualquier conversación en la calle no poder pagar la tarifa de gas. Todo eso es importante para yo poder reflejarlo hacia arriba, para que cuando me siente con el Presidente Mauricio Macri o con el secretario de Energía (Javier Iguacel) poder decirles que tenemos un desafío en el conurbano en serio con el tema de tarifas. Lo mismo pasa con Transporte, donde no estoy esperando que la provincia traslade a los municipios el costo del subsidio de los boletos del colectivo, ya que para nosotros significarían 300 millones de pesos anuales. Espero y confío en que la gobernación tampoco va a hacer eso, y ajustará en otra cosa.


-¿Cómo monitorean la situación social?
-Por un lado yo visito a instituciones y merenderos para ver cómo está la situación, a su vez estamos haciendo un acompañamiento con alimentos, donde hemos duplicado la ayuda en lo que va del año; llegamos a 10 mil familias aproximadamente. Y a su vez me estoy reuniendo con varias entidades para ver cómo están ellas trabajando. Veo una necesidad de que el Estado acompañe, lo estamos haciendo en sus distintos niveles, y no veo un escenario de crisis, gravedad o muertes por desnutrición.

-No ves un diciembre complicado entonces.
-No desde lo social, pero sí desde lo político. No he recibido por parte de las entidades que visito o con las que me reúno un drama peor de lo que vemos. Hay una parte de la sociedad que tiene pobreza, otra indigencia, y estamos disponiendo los mecanismos para ayudar a todas esas personas y familias. Y espero que algunas variables estén más estables en los próximos meses, porque todos estos procesos o le mejoran o le empeoran la vida a la gente, y espero que le vaya bien a Pilar, a la provincia y a la Argentina. Y que los vecinos tomen la mejor decisión el año que viene.


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