El crimen del sargento Hugo Pérez generó una fuerte conmoción en todas las divisiones del país.

Los efectivos se preparaban para allanar una casa, en busca de un delincuente cuando fueron atacados con una ráfaga de disparos. Vecinos fueron testigos de la terrorífica secuencia.

Ricardo Baladia fue sorprendido cuando arrojaba al Río Luján restos de un cuerpo desmembrado. La víctima, Miguel Pereyra, trabajaba para él.

Bajo el enorme operativo, denominado Cisne Negro, la Interpol logró detener al hombre de 35 años y que en su casa de Ituzaingó tenía más de 100 mil archivos de abusos a menores de edad.

El hombre irrumpió en la casa de la mujer y le recriminó que haya salido con otras personas a bailar. Dos menores, de 11 y 6 años, intentaron defender a su mamá y también fueron agredidos.